El caso de Paul Müller es enigmático, no cumpliendo un perfil convencional de hombre intrépido, y en un contexto histórico (principios s.XX) donde iniciativas personales de este tipo eran raras, sobretodo para un simple tendero, se lanzó a la aventura más extrema, cruzar el charco en un precario bote de vela de apenas 5m de eslora.
En su singladura, partiendo de Hamburgo (Alemania) recala en el puerto de La Coruña, donde por su singular propósito, se convierte en protagonista de las páginas de actualidad de la prensa local.
“Dicen que Paul Müller estaba loco. (...) En 1928, el vendedor de baratijas decidió dejar Berlín y
lanzarse al mar en busca de fortuna. Con 800 marcos compró un bote al que
denominó Aga, e izó su única vela en las costas de España. Müller estaba sólo.
Luego de casi tres meses de navegación a la deriva recaló en Gibara (Cuba), y cuando
preguntó en su idioma a dónde había llegado, estaba allí para responderle Manuel da Silva, el único
hombre que hablaba alemán en la Villa Blanca. Los lugareños acogieron al alemán
por los cinco días que permaneció en Cuba, para después volver a perderlo de
vista entre las aguas de la bahía”.
Se desconoce cómo Müller llegó a esas costas. Pero su
aparición se convirtió en una leyenda. Tal parece que por alguna razón,
inexplicable, la gente llega siempre a Gibara.
Extraído de http://oncubamagazine.com
PAUL MÜLLER'S "AGA II" VOYAGE
Tras su primer periplo con el "Aga" en 1928,
en el que logra alcanzar las costas americanas tras zarpar de Alemania, navegando en solitario, en una pequeña embarcación de vela, "Mad Müller" vuelve a soltar amarras en septiembre de 1929, esta vez con el "Aga II", para desde Charleston, donde en mayo naufragó con su antigua embarcación, alcanzar finalmente Nueva York, y casarse con su prometida Agatha Gavinski.
Extraído de http://oncubamagazine.com
PAUL MÜLLER'S "AGA II" VOYAGE
Tras su primer periplo con el "Aga" en 1928,
en el que logra alcanzar las costas americanas tras zarpar de Alemania, navegando en solitario, en una pequeña embarcación de vela, "Mad Müller" vuelve a soltar amarras en septiembre de 1929, esta vez con el "Aga II", para desde Charleston, donde en mayo naufragó con su antigua embarcación, alcanzar finalmente Nueva York, y casarse con su prometida Agatha Gavinski.
" MAD MÜLLERS"
EL TRÁGICO VIAJE DE PAUL Y AGA MÜLLER
Tras sus hazañas como navegante solitario trans-atlántico, Paul Müller encuentra la muerte en 1950, a bordo del Berlín, el pequeño velero con el que pretendía cruzar junto a su hija Aga, el Océano Atlántico..
EL TERRORÍFICO VIAJE DE UNA MUCHACHA, TRAS SER ATACADA EN SU PEQUEÑA EMBARCACIÓN
Australian Associated Press
MONROVIA, 11 julio 1950- Aga Muller de dieciocho años ha vivido un viaje de terror en un velero de 16 pies, junto a su padre moribundo, en el que unos asaltantes abordaron el barco y les robaron, frente a la costa occidental de África.
La hija de los "Mad Muller", que trataban de viajar a vela de Europa a América del Sur, tuvo que cortar el cabo del ancla y gobernar en solitario la frágil embarcación, después del asalto.
Muller, de 63 años, salió de Hamburgo con su hija en noviembre pasado "en busca de paz y seguridad" a América del Sur.
En su singladura, desde Alemania a Irlanda, cruzando el Golfo de Vizcaya, y hacia el oeste, hasta la costa de África, tuvieron que ser rescatados varias veces por buques en tránsito, a causa de vendavales salvajes y fuertes tormentas. Los Muller dejaron Freetown (Sierra Leona) el 14 de junio, 13 días después Muller enfermó. Exhausto y debilitado tras ser sorprendido por una tormenta feroz, fondearon frente a la costa de Liberia, donde un grupo de africanos, remando en canoas se acercaron ofreciendo ayuda.
Pero cuando vieron que Muller estaba muriendo, se apoderaron de mantas, alimentos, combustible y otros bienes.
Ante el temor de que regresaran, Aga cortó la cuerda del ancla y navegó mar adentro otra vez.
Durante la noche su padre murió. Tras varar el barco en la playa, Aga partió a pié, adentrándose en tierra salvaje para buscar ayuda. Seis horas más tarde llegó a la localidad de Buchanan, con sus pies heridos por las piedras afiladas y los matorrales por los que tuvo que andar descalza. Un bote de rescate recuperó el cuerpo de Paul Muller y lo que quedaba de sus pertenencias. Ahora en Monrovia, Aga se pregunta, "que será lo siguiente!". Se cree que puede haber sido acogida por una familia inglesa en Dorset.
MÁS SOBRE NAVEGANTES INTRÉPIDOS http://www.microcruising.com
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